miércoles, 11 de agosto de 2010

Agencias publicitarias regalan vallas a los partidos durante las campañas electorales en proporción a los contratos que les adjudican con dinero público

Los partidos políticos con representación parlamentaria y capacidad de gestión de fondos públicos disponen de ‘cuentas ocultas’ en las empresas que controlan y explotan la publicidad exterior (vallas, opis…) en esta comunidad autónoma. Este hecho, que así enunciado sólo despertaría el interés del Tribunal de Cuentas y del Ministerio Fiscal, tiene un sinfín de aristas ya que la convivencia de las vallas publicitarias con las carreteras, áreas rurales y la normativa urbanística es, en muchos casos, ilegal o alegal y su existencia es posible por la dejadez voluntaria de las instituciones que han de controlarlas y, en la mayoría de los casos, prohibirlas.
Las vallas siguen siendo, hoy por hoy, uno de los medios más empleados para la difusión de un mensaje; ya sea comercial, institucional o político. A ningún partido le interesa que se limiten ya que es el soporte más sencillo, aunque no siempre el más barato, de ‘vender’ sus candidaturas electorales.
El sistema que rige entre las formaciones políticas y las empresas consiste en ir anotando en las respectivas ‘cuentas’ de aquellos los contratos que se les adjudica durante toda una legislatura o etapa de gobierno. Si la conselleria del partido X, el ayuntamiento del partido Y o el ente público del partido Z contrata una campaña de difusión exterior, en la ‘cuenta’ de ese partido la empresa de publicidad anota los ‘regalos’ que le corresponden. También se tiene en cuenta a la hora de anotar los ‘regalos’ si ese ayuntamiento hace la vista gorda con las vallas que se instalan sin contar con licencia de actividades o si están en suelo rústico.
Antes de las campañas electorales, todos los partidos acuden a estas empresas para contratar espacios donde colocar su propaganda partidista así como el tiempo de duración. Es en ese momento cuando se echa mano de la ‘cuenta’ y se comprueba cuántas vallas se pueden regalar y cuánto tiempo de más se puede dejar colgada la propaganda del partido.
Este sistema de presunta financiación irregular viene practicándose en les Illes desde hace más de 30 años y ni los partidos que no se benefician de él –pensando que algún día podrán utilizarlo- ni la Fiscalía lo han denunciado. Además pervierte el sistema democrático ya que los partidos que desde las instituciones públicas han contratado campañas en los años anteriores a las elecciones disponen de más espacios publicitarios que el resto sin pagar por ello.
El problema radica en el monopolio que existe en este sector. Como muestra un ejemplo. Al último concurso del Govern para la adjudicación de una campaña de ahorro de energía se presentó la empresa catalana Nivell Publicitari Digital que no cuenta con vallas en Baleares. De haber obtenido el contrato se vería en la obligación de alquilar los soportes a las empresas isleñas que copan el mercado. La presencia de Nivell Publicitari Digital sirvió para cumplir con los requisitos de publicidad y concurrencia de todos los concursos públicos. La contrata ya estaba adjudicada con antelación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al último párrafo le añadiría una reflexión más (o un matiz): sólo se presentó una empresa isleña a ese concurso, porque sólo hay una empresa que tenga vallas en las islas. El resto de agencias de publicidad ya lo saben, y por tanto no se presentaron, pues sabían que estaba adjudicado de antemano. La empresa catalana debió pagar la novatada.